YO SOY JGE

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viernes, 27 de julio de 2018

EL AMOR EN TIEMPOS DE GUERRA
INFILTRACIÓN FRUSTRADA 

Ya pasaban de las siete de la tarde, la penumbra de la noche ya había oscurecido por completo el entorno, Akane estaba en la cocina preparando café ensimismada en sus pensamientos, cuestionándose porque los soldados que se encontraban en el comedor se preocupaban por ayudarla.
Ya había pasado una hora desde la partida de Naruto, quien se encamino hacia el poblado que se asentaba en una colina unos cuantos kilómetros más adelante del restaurant que servía de cuartel general improvisado, Shikamaru estaba sentado en una de las mesas cercanas a una ventana, ya que en el marco de esta coloco su cenicero y reposo su cigarro a medio fumar, en la mesa esta su ordenador, un modelo ya anticuado en comparación a los computadores que los altos cargos le daban a los demás pelotones, pero no se molestaba en actualizarlo debido a la nostalgia que le traía ese trasto, era un regalo de su maestro, Azuma  Sarutobi, que le dio al terminar su estancia de entrenamiento en el área de inteligencia.
Neji, Sai y Sasuke montaban guardia, Neji en la parte exterior, Sai en el tejado y Sasuke en el interior, ya que según  Shikamaru era necesario estar atentos ante cualquier ataque enemigo, aunque el único que se  tomó enserio lo de montar guardia fue Neji, ya que Sai se concentró en dibujar el hermoso paisaje iluminado por la luna llena y Sasuke estaba sentado a dos mesas de distancia de Shikamaru, “lo suficiente para no soportar el hedor a nicotina” pesaba Sasuke, mientras leía atentamente la novela que saco de la mochila de Naruto, Choji, por su parte, estaba sondeando el motor de su adorado camión, vigilaba los niveles de aceite, el desgaste de las bujías y que las protecciones colocadas al tanque de gasolina se encontraran perfectamente colocadas.
-¡Ya está el café listo chicos!- grito la pelirroja saliendo de espaldas de la cocina para evitar tirar la charola de tazas con la puerta, coloco la charola en una de las mesas más cercanas  y tomó dos tazas de ella.
-Aquí tienes Cobra- colocando la taza justo enfrente de Sasuke, quien se tapó la cara en un precario intento de tapar su cara, estaba más rojo que un tomate, Akane solo soltó una risita dulce y suave al notarlo.
Se acercó a Shikamaru, quien tecleaba a una velocidad inhumana una serie de datos proporcionados por Naruto desde el auricular.
-¿Alguna noticia importante ciervo?- colocando la taza a un lado del ordenador.
-Sí, Naruto ha llegado al arrabal  del poblado y consiguió hacer contacto con algunos obreros de la construcción y, por mera observación, se percata que no son suficientes hombres con los que cuenta el enemigo ya que la construcción se  encuentra sin supervisión- el tono con el que salían esas palabras de su boca hicieron pensar a Akane que talvez su hermana seguía integra en más de un sentido.
-Y las mujeres, ¿¡Qué hay de las mujeres!?- se apresuró a gritar.
-Aun no llega a su ubicación, ten paciencia- trató de consolarla Shikamaru.
Mientras tanto    
-Muy bien señores, soy soldado de Konohagakure, vengo a ayudarlos, necesito la mayor cantidad de información que les sea posible proporcionarme- Naruto intentaba no alzar la voz más de lo necesario, ya que provocar el mayor ruido fuera de lo normal podría levantar sospecha de alguna patrulla cercana.
-Muy bien- se adelantó a decir uno de los cuatro obreros e presente- Son soldados desertores, responden a intereses comunes, y en teoría, carecen de líder.
-Nos obligan a trabajar en esta estúpida muralla por temor a posibles ataques- dijo otro de los obreros ahí presentes, un hombre bastante alto y fornido, de tez oscura y una voz tan gruesa que tilda de intimidante.
-¿Y no intentaron defenderse?- Naruto trataba de imaginar en qué términos atacaron aquellos soldados ya que, al menos para él, todos tenían un físico decente para el combate.
-Claro que lo intentamos- exclamo un obrero que recién baja de los andamios- pero para infortunio nuestro cuando llegamos de nuestra jornada laboral ya habían capturado a todas las mujeres- el tono en el que lo dijo dejo reflejar que posiblemente había una persona importante para él entre ese grupo.
 -¿Cómo que regresaban?- la pregunta parecía tonta, pero a Naruto no le cuadraba el hecho de que todos los hombres no hayan estado presentes durante el asalto enemigo.
-Lo que sucede es que somos un pueblo agricultor y por tradición todos los hombres, desde los seis años salimos al campo a trabajar, nos criamos y morimos en el campo- el tono de aquel obrero denotaba orgullo ante esas palabras.
Uno de los trabajadores que no habían participado en aquella plática comenzó a llorar, corrió hasta Naruto y se echó de rodillas ante él.
-Por favor, ayuda a mi hija- el hombre sollozaba de tal forma que Naruto no pudo evitar sentir lastima por la situación de aquellos hombres-, ella apenas tiene catorce años, y pensar que en cualquier momento uno de esos bastardos le puedan arrebatar su inocencia o lo que es peor, que la maten, me rompe el alma.
Naruto se hincó y posó su mano en el hombro de aquel obrero.
-Tranquilo, mi escuadrón y yo nos encargaremos, pero será mañana ya que mi actual misión es solo la recolección de información  y reconocimiento de las fuerzas enemigas, pero yo le prometo regresarle a su hija sana y salva- se puso de pie- más bien, les devolveremos a todos a sus seres queridos.

Naruto salió de la construcción para adentrase  más al pueblo.
-Ciervo- dijo en un susurro apenas audible.
-¿Qué sucede Zorro?- contesto al instante.
-Tomaste dato de eso, estos hombres no pueden continuar con esta situación- su tono denotaba cólera.
Antes de recibir una respuesta, una patrulla conformada de tres hombres pasó delante de él, por suerte para Naruto van tan distraídos en su conversación que ignoraron su presencia. Continuo caminando, escabulléndose entre las viviendas vacías, hasta que llego a un edificio de dos plantas, bastante largo y con barras de acero en las ventanas. Tomó la decisión de pasar de largo cuando el grito de una mujer le forzó a volver.
-¡No, espere- gritaba la mujer gobernada por el pánico- es solo una niña, llévenme a mí pero a ella déjenla!
-¡Cállate!- el grito  del hombre y el sórdido sonido de un golpe hicieron que Naruto hirviera de cólera.
Naruto busco un acceso, pero solo la puerta principal se encontraba abierta y sin protecciones metálicas, se encamino hacia ella, agazapado, cuando, de repente, un hombre salió de una de las casa aledañas, lo miro de frente, pero el hombre al parecer había salido a fumarse un cigarro, por lo que tardó en reaccionar ante la presencia del rubio, cosa que le costó caro, ya que él Uzumaki se abalanzo contra él, agarrándole del cuello y en un ligero pero fuerte movimiento circular la tráquea se le rompió, únicamente emitiendo un ligero crujir.
Continuo con su marcha, se escondió en un arbusto que daba de frente al edificio, esperando que los hombres del interior salieran para poder entrar.
-Shikamaru- esbozó suavemente- encontré donde tienen escondidas a las mujeres.
-Bien, dime la ubicación exacta- el Nara estaba listo para tomar registro.
-Es un edificio de dos plantas- miro para todas direcciones-, al parecer el único de todo este lugar, así que no hay problema en localizarlo.
-Muy bien, algo más…
-Espera- dos hombres y una mujer salían del edificio- voy a entrar.
En cuanto los perdió de vista salió disparado cual tapón de champaña, entro rápidamente al edificio y miro para todos lados en busca de posibles enemigos, por dentro, el edificio tenía un escritorio enfrente de un pasillo, el cual se formaba por lo que  parecían ser celdas, “La prisión del pueblo, espera, para que necesitan una, ttebayo”, y en un costado del escritorio unas que daban al segundo piso, el Uzumaki ignoro dicha escalinata y procedió a caminar hacia las celdas.
Ahí estaban, un centenar de mujeres aglomeradas en seis celdas, algunas llorando, otras en completo silencio, otras curaban las heridas de sus compañeras de celda y en la celda de hasta el fondo sollozaba una mujer que yacía sentada  sobre un charco de sangre, que según el rastro procedía de su entrepierna, se acercó a ella.
-¡No, espera ya tuve suficiente por hoy!- la mujer gritó soltando algunas lágrimas.
-Espere, yo no soy de ellos, yo vengo a ayudarlas, dattebayo.- el Uzumaki se arrodillo ante ella.
Las mujeres de las demás celdas se aglomeraron en la reja al escuchar las palabras del rubio, algunas incluso comenzaron a llorar y a gritar “gracias dios mío”.
De pronto, del piso superior se escucharon unos pisotones.
-¡El guardia!-gritaron todas al unísono.
-¡Mierda!- gritaron Shikamaru y Naruto al unísono, lo que casi les revienta el tímpano donde yacía el auricular.
Naruto corrió hacia la puerta, pero el hombre ya estaba en las escaleras, le apuntaba con su rifle de asalto  a lo que el Uzumaki respondió con un salto de tigre hacia la puerta, el estruendoso sonido del rifle disparando provocó el pánico de las féminas.
Al reincorporarse, Naruto sintió un fuerte dolor en el costado izquierdo, se echó a correr mientras se presionaba la fuente del dolor, una sensación húmeda y tibia invadió su mano, era definitivo, aquel hombre le logro pegar un tiro.
-¡Zorro!- la voz de Shikamaru lo saco de sus pensamientos- ¡Qué sucede!
-¡Ahora no!, mierda, Ciervo, si salgo de esta me debes una buena tanda de Ramen.
El sonido de los soldados desplegados por las calles del pueblo gritando “un intruso, matadle”, y el sonido de lo que parecían, motocicletas, “Espera, motocicletas, esa es mi puerta de salida, ttebayo” pensó.
Una motocicleta giró de una calle justo enfrente de Naruto, quedando de frente, aceleró para arrollar al rubio sin esperarse el movimiento de este. El Uzumaki pegó un salto con las piernas al frente, de forma que tiro al conductor y al instante se presó del manubrio del vehículo para no pasarse de largo, dando un giro en el aire de forma que calló sentado en el asiento del vehículo*, la motocicleta dio un estrepitoso  giro quedando con el frente en dirección contraria de la dirección inicial, Naruto acelero, pero al instante tubo que soltar el acelerado llevando la mano a su dolorido costado.
Para suerte de Naruto el pueblo no era demasiado grande, así que acelerando por ratos logro salir de él, ya en las afueras del pueblo saco de un compartimiento de su pantalón una venda, ejerció la suficiente presión al vendaje y se dispuso a regresar con sus compañeros cuando el estrepitoso sonido de las motocicletas enemigas le invadieron los oídos.
-¡Mierda!- acelero de golpe- Ciervo, ponedlos atentos, me están persiguiendo.
-Ya estamos preparados para tu llegada y tu auxilio- sus palabras lo tranquilizaban un poco- ahora bien, cuant…
Naruto había apagado el comunicador, miro por su retrovisor, “Tres motos, dos de ellas solo traen al conductor y la tercera trae a un tirador, cuatro hombres, todos armados, genial, moriré antes que Ero-sennin*, ttebayo”. Para esquivar las balas comenzó a zigzaguear estrepitosamente,  pero, desafortunadamente para él, la sangre perdida comenzaba a cobrar factura, la vista se le nublaba y la capacidad para equilibrase disminuía por lo que dejo de moverse tan estrepitosamente.
A lo lejos logro enfocar el restaurante, faltarían escasamente un kilómetro y, por suerte, el tirador no era muy preciso.

En el restaurant
-¡Zorro!, ¡contesta!, ¡Maldición!- Golpeó fuertemente la mesa, tirando la taza de café vacía y despertando a Akane que yacía dormida en ella, tomo otro cigarro, inhalo con fuerza y se buscó a su equipo con la mirada- ¡Cobra!.
Sasuke seguía centrado en la lectura, pero atento desde que escucho el primer insulto salir de la boca de Shikamaru (en el momento de la escena de la prisión).
-¡Sí!- se levantó tirando el libro al suelo.
-Agarra tus armas, persiguen a Zorro, necesitara asistencia- aquellas palabras provocaron que la confianza que tenía en Naruto tambaleara un poco.
-¡Si señor!- afirmo agobiado
-Akane- se  volteó para verla- escóndete en la cocina. 
Shikamaru salió del local y le dio la misma orden a todos, “Más te vale regresar vivo” pensó dándose ánimos.
Naruto no tardó en aparecer, pero a pocos metros de siquiera tocar el terreno de aquella propiedad calló estrepitosamente desmayado.
-¡Zorro!- grito Neji, disparándole a las motos enemigas que se aproximaban mientras se acercaba al cuerpo de su amigo.
Sai había logro derribar de un tiro en la cabeza a uno de los motociclistas. Los demás pilotos frenaron y bajaron de los vehículos.
Choji acertó un par de tiros a otro de los pilotos, pero este  no cayó muerto gracias al chaleco antibalas. Sasuke desde una de las ventanas del restaurant acertó en la entrepierna del tirador enemigo y cuando este se tiró al piso le acertó otro tiro en el rostro, “Esta va por Naruto, imbécil”.
Shikamaru y Sai terminaron con los dos últimos hombres que quedaban y se aglomeraron junto a Naruto con el resto del equipo.
-¡Zorro!, ¡gran hijo de puta, no te atrevas a hacernos esto!- Neji arremetió contra Naruto un par de bofetadas.
-¡Vamos cabeza hueca!, levántate  y ponte a gritar tus idioteces- Sasuke junto con Choji comenzaron a rociar un par de lágrimas.
Shikamaru se arrodillo junto a él y le introdujo su cigarro en la boca, presionó  justo arriba del estómago un par de veces y como por arte de magia, Naruto despertó, tosiendo, ahogándose debido al humo.
-¡No jodas!, que mal sabe eso, ttebayo- dijo con un hilo de voz apenas audible.
Lo introdujeron al restaurant y lo acostaron en una de las mesas, Sai abrió el chaleco táctico de Naruto y rompió su camiseta por la mitad.- ¡joder Lobo! Era mi favorita, dijo Naruto.
Choji trajo consigo un maletín de primeros auxilios y procedió a limpiar la herida, posteriormente con un cuchillo, previamente esterilizado al fuego, corto la herida y con unas pinzas extrajo la bala.
Sai sostenía a Naruto de los hombros para evitar que se moviera por el dolor de la extracción de la bala mientras le sonreía con su maquiavélica sonrisa falsa.
Sasuke, mezclo en una olla agua, sal y azúcar, metió la mezcla en una bolsa especial del botiquín y con ayuda de una jeringa entubo la bolsa al torrente sanguíneo del rubio.
Al finalizar la operación de Choji, Neji ya tenía lista la aguja para suturar  mientras Shikamaru calentaba una barra metálica hasta el rojo vivo. Al finalizar Neji con su parte se echó encima de Naruto a la altura de su echo, Choji le sostuvo las piernas y Sasuke, sostenía con un brazo la bolsa de suero y con otra el brazo a donde iba conectado para evitar que se saliera, Shikamaru poso la barra metálica sobre la herida recién suturada de Naruto sellándola al instante, a lo que Naruto solo emitió un desgarrador grito.
Akane había presenciado la escena atónita, sin saber que hacer  más que sentir pena por el pobre Zorro, y al oír su grito tomo la decisión de tomar entrenamiento médico para hacer todo ese procedimiento menos doloroso, “cuando todo este conflicto se arregle iré a la capital a estudiar enfermería”.
 -Muy bien Zorro, ahora solo falta una que te metamos sangre- Sai lo miro directo a los ojos, los cuales estaban rojos y llenos de lágrimas- Así que, ¿Cuál es tu grupo sanguíneo?
-Ve… vete a la mierda Lobo- la voz del rubio era apenas audible- comienza a sacarte sangre ahora mismo.
Tras buscar en el camión el estuche con el equipo necesario para aquella operación Sai le dono a Naruto la sangre que necesitaba.
-Sabes Choji, tenías razón, tener este equipo médico en el camión resulto útil después de todo- Shikamaru estaba al lado de su amigo que descansaba en un tronco seco afuera del local.
-Si pero tener que ir cada vez que se ocupa al hospital por uno nuevo me resulta cansado- esbozo el Akimichi- pero al menos evitamos la muerte de un compañero.
- Ni que lo digas.

Mientras tanto Naruto descansaba en una cama improvisada en el piso del restaurante.
-Sabes Zorro, por un momento pensé que tendría que ver llorar a mi prima tras advertirle de tu baja- le dijo sonriendo el Hyuga.
-Yo no dude que no lo lograrías cabeza hueca- le dijo Sasuke.
-¡Qué dices!, si pensabas que había muerto, ttebayo- el Uzumaki sabía de lo preocupado que estaba  Sasuke por él, pero hacerle burla era su deporte favorito.
-Eso no es cierto cabeza hueca- se defendió Sasuke.
-Pero si te he visto llorar, admítelo, me quieres más de lo que aceptas- rio el rubio
-Lo que tú digas tonto- le devolvió la sonrisa.
-Ahora bien, quién le dice a Shikamaru que me de uno de sus cigarros, realmente no saben tan mal como huelen y…- sus palabras fueron interrumpidas por dos golpes propinados por Neji y Sasuke.
-Ni lo sueñes- dijeron al unísono.

*La maniobra mencionada la he visto en algunas películas de acción o en el videojuego de GTA SAN ANDREAS, al robar una moto.


     

                           
  
 

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